Hoy no tenía ganas de ponerme a cocinar, pese a que a una le encanta meterse en la cocina, pero cuando se tiene poco tiempo, como yo, para estudiar, cualquier receta es válida. Así que me acordé de una que me pusieron cuando estaba a dieta, y que se ha convertido en un básico de mi cocina. Sobre todo en días, como hoy, en los que no se tiene tiempo para nada y cualquier minuto es precioso.
INGREDIENTES PARA UNA PERSONA:
- Un par de lonchas o tres de pechuga de pavo
- Dos huevos (los podéis hacer con una sola yema o con las dos, como más os apetezca; yo lo hago siempre con una yema por motivos de dieta).
- Tres o cuatro rodajas de calabacín
- Aceite
- Sal
RECETA:
Primero, cortamos la pechuga de pavo en trocitos.
Seguidamente, lavamos el calabacín y, sin quitarle la piel, lo cortamos en daditos. Recordar que las tres o cuatro rodajas, tienen que ser gorditas, de una anchura aproximada de medio centímeto o incluso de 1cm.
Después, salteamos los daditos de calabacín en la sartén, que previamente habremos huntado con una cucharada sopera de aceite.
Mientras se dora, batimos el huevo, y le añadimos la pechuga de pavo, y un poquito de sal.
Cuando el acalabacín esté dorado, lo mezclamos con el huevo y la pechuga de pavo, y lo echamos todo a la sartén. Si veis que no hay suficiente aceite con el que ha sobrado de saltear el calabacín, podéis añadirle un poco más.
Y listo, Tortilla de Calabacín hecha. Una receta fácil, rápida, rica y, sobre todo, muy sana.
Tiempo medio de la receta: 10 minutos, como mucho.
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